Desde el segundo cero

Tengo tendencia a caer como la lluvia; solo que mis gotas en el rostro son más bien lágrimas. Las agujas del reloj parecen no avanzar desde que volvimos a vernos, siempre enfrentados entre lo que queremos y lo que nos gustaría querer. Silenciamos nuestras palabras que dicen conocernos y vemos el vacío en nuestros ojos que ya no miran. Esta es la eterna batalla que estamos destinados a perder. Entre lo que creíamos y lo que somos. Y mientras yo imagino vos adivinás, pero ninguno acierta. No me sorprendo al encontrar otra parte tuya, ahí en donde se esconden los quizás. Fueron tantas las cosas que se nos escaparon al decir te quiero y tantos momentos en que no supimos parar, que ya aprendimos la lección. Vos creyendo que me equivoco y yo pensando que nunca lo intentamos de verdad. Quizá ya es momento de admitir que es imposible ser los héroes de nuestra historia, si nos pasamos la vida pensando en que no podemos salvarnos ni a nosotros mismos.