3 de febrero de 2016

A mi futuro


Hola, te escribo desde la computadora que te regalaron a los quince. Desde la pieza que vos misma pintaste como regalo de tu propio cumpleaños en la casa que te mudaste con tu familia cuando ni siquiera era una casa. Todo lo que te quiero decir viene de mi y todo lo que viene a mi mente tiene que ver con que solo espero que seas feliz, como siempre te lo propusiste.

Quiero que leas esto con la inocencia de siempre y con la vergüenza que te caracteriza. Con los ojos atentos a cada detalle como seguramente sigue siendo, en donde sea que estés tenes que saber que en este momento todo parte de un mismo deseo, que sos una caja llena de sueños a la que nadie (ni siquiera vos misma) se atrevió a abrir. Y espero con todas mis fuerzas que para cuando leas esto ya no sea así. Lo único que te pido ahora y sin que te sientas presionada, porque vos y yo sabemos que eso no te gusta, es que me leas. Es que te leas a vos misma. Después de todo contemplaste tantas palabras de tantos libros que no veo por qué no puedas leer las propias.

Decíme que terminaste de escribir ese libro y que por fin te dignaste a plantar ese árbol ¿Fue un nogal? ¿O uno que encontraste casualmente en un vivero y terminaste de decidirte por la forma de sus hojas?. Decíme que ya se te borró esa idea de la cabeza de no querer ser mamá, que miras a tus hijos a los ojos y te reís sola de solo haberlo pensado alguna vez. Decíme que nunca dejaste de ser vos a pesar de todo, que seguís caminando abajo de la lluvia en pleno invierno. Que por fin te aceptaste, con tus virtudes y defectos aunque sigas pensando que son mas defectos que virtudes. Decíme que seguiste bailando, que no tenes guardadas las zapatillas de puntas en un cajón como un sueño que nunca pudo ser. Que no te dejaste estar, que todavía dibujás a las personas sin que se den cuenta y seguís guardando cosas sin sentido bajo llave.

Decíme que por fin lograste que mamá te enseñe a coser, que ella está bien y que es muy feliz. Que seguís frecuentando los amigos de siempre, que nunca les fallaste y estuviste ahí para ellos. Que todos son felices. Decíme que por fin te dignaste a aceptar tu cuerpo, que ya no te callás nada aunque lo quieras con todas tus fuerzas. Que te enamoraste y te permitiste equivocarte sin ser tan cruel con vos misma. Que vivís de lo que amas o que al menos lo intentaste. Decíme que te decidiste a viajar y que de una vez aprendiste a sacar lindas fotos.

Decíme que te tenes más confianza, que dejaste atrás todo lo que alguna vez te hizo mal. Decíme que le agradeciste al que supo ocupar de todo corazón el lugar en tu vida como tu papá. Decíme que siempre priorizaste lo importante, que siempre estuviste ahí para tus hermanas como lo prometiste. Que nunca fuiste en contra de tus propias creencias. Decíme que dejaste de cortarte el pelo sola y ya no te mordes las uñas, que ya no dormís tanto y disfrutas más de las cosas cotidianas. Decíme que le perdiste el miedo al ridículo y te dignaste a hacer lo que siempre quisiste.

Decíme que sos muy feliz. Inmensamente feliz. Pero por sobre todas las cosas decíme que al leer esto seguís estando ahí. Por favor decíme que te reconocés. Porque créeme, confìá en mi, después de todo te lo estás diciendo vos misma. Créeme que, aunque pase el tiempo, no hay peor cosa que mirarse al espejo y no encontrarse.

7 comentarios:

  1. Qué bonito escribirle al futuro, a mí por lo menos me llena de esperanza.

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  2. Me encanta la sensibilidad de tu texto.

    Beso.

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  3. Me encanta esta clase de cosas, espero que de verdad algun día en un futuro lo leas y te saque lagrimas, espero que algun dia que estes triste recuerdes que te dijiste que fueras fuerte, esta super bonito, besos♥

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  4. Leernos a nosotros mismos. Qué necesario.
    Y qué parecida esta a la carta que yo le escribiría a mi propio futuro.

    :)

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  5. ¡Hola Camila ! Me ha encantado la entrada.
    Me gustaría que te pases por mi blog para ver qué te parece y si te gusta, quédate por favor.

    http://pensamientosenelahora.blogspot.com.ar/

    http://buscandotelibro.blogspot.com.ar/

    Un abrazo y muchísimas gracias.

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  6. Una de las cosas que más le agradezco a Dios en la vida es mirarme al espejo hoy, y no encontrar ni rastros de lo que alguna vez fui, y sentir una inmensa felicidad por ello.

    Un abrazo enorme, y feliz futuro!

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  7. Una de las cosas que más le agradezco a Dios es mirarme hoy en el espejo y no encontrar ni rastros de lo que alguna vez fui, y sentir una inmensa felicidad por eso.

    Un abrazo enorme y feliz futuro!

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Gracias por leer!